En sus inicios decíamos que el propósito de la Fundación era ‘ ser un puente de reconexión’.
Cuándo nos preguntaban ¿Qué significa reconectarse?, esta era la respuesta:
Es “entender” más allá del cerebro, con todo el cuerpo. Es superar la visión de que somos inquilinos: no vivimos en este planeta, somos parte de él. Es reconocernos en lo que nos rodea, saber que somos parte de la misma energía que da el verde a los árboles o agita las mareas, entender que nada humano es ajeno a nosotros. La alegría o el sufrimiento de los demás seres humanos nos informa directamente. Nadie es capaz de encontrar soluciones individualmente. Somos seres colectivos que solo podemos salir adelante colectivamente. Eso sí, tomando responsabilidad absoluta e iniciando desde nuestro mundo interno.
Años atrás, en un taller de innovación al que fuimos invitados y cuyo enfoque curiosamente era en “el problema” que Árboles Mágicos atendía para el mundo, escribimos esta respuesta que hoy al re leerla saca una sonrisa.
¿Qué problema resolvemos?
La falta de atención en lo que realmente importa y genera bienestar en las personas y el planeta. Los bienes no acumulables: el amor, la belleza, la confianza, la presencia. Podrán imaginarse que “el problema” foco de otras organizaciones era más “tangible”, a lo largo de los años no nos hemos dejado seducir por el impulso de resolver algo, nuestro llamado es por abrir un espacio bastante escaso hoy en día, para que al cambiar el foco de nuestra atención el problema se caiga por sí mismo. A lo largo de estos 15 años, hemos creado cientos de espacios de reconexión, que han tomado distintas formas.
Presentaciones artísticas, concursos de fotografía, tours de árboles por la ciudad, giras de aventura, intervenciones urbanas, espacios de pausa, regeneración urbana, siembras de árboles, campañas, talleres virtuales y presenciales, presentaciones keynote, colaboraciones públicas, programas educativos, libros, calendarios, aplicaciones, bolsas reutilizables.
La forma seguirá cambiando, la esencia se mantiene intacta desde el primer día.


